miércoles, 18 de enero de 2012

Arrebato.

Y después del segundo llegó el primer beso. Tras tres canciones de desasosiego y empirismo. De estudios avanzados en comunicación averbal y abnegación y raciocinio. De tratar de entender que hacía tu pecho en mi pecho sin habernos conocido. De un si quiero acabar  rendido entre tu sexo y salir enloquecido. 

Esa noche el sol nos iluminaba a media hasta. Nos sonreía fuera de turno. 

Esa noche la luna quedó idiotizada. Silbando Strangers in the night. Soñando con servirnos en la cama. 

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