domingo, 3 de julio de 2011

¿Somos todos los que estamos? O estamos todos los que somos.

El motor de todo cambio es la fé, la creencia en que las cosas pueden cambiar, ir a mejor. Y, que en la implicación de todos reside la fuerza para que ese cambio no sólo sea superficial.


Si no implicamos a cada uno de los estratos que componen nuestra sociedad, todo será una mera ilusión. Una nueva decepción que masticar amargamente mientras "los otros", se frotan las manos.

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