A veces resulta complicado poder
llegar a comprender la magnitud que las cosas que suceden tienen sobre tu
propia persona. Llegar a observar de manera totalmente objetiva y ajena a las
insuflaciones de cualquier procedencia que puedan enturbiar aquello que siento
o entiendo de todo esto que se me ha presentado delante, atendiendo a todo su
espectro, y sobre todo, abierto a que toda la seguridad que te han otorgado las
paredes de la fortaleza mental que uno ha ido construyendo a lo largo de su
vida, se venga abajo.
Tal vez, lo más curioso de todo sea que toda esa
ruptura con lo que creí o quise, me genere una sensación de liberación y fuerza
mayor. Y que mi mente se abra a la existencia de otras percepciones, de otras
realidades de mayor trascendencia.
Tres discípulos caminaban por un sendero empedrado de difícil acceso y con una gran pendiente. Cansados y en silencio los tres discípulos seguían a su maestro...
ResponderEliminarUno de ellos, con curiosidad le pregunto a su maestro...
- Maestro, Maestro... si echamos... la mirada atrás, ¿que ocurre?
el maestro continua con la ascensión, con dificultad, pero le contesta a su discípulo diciendo:
- Si miramos atrás, no podremos vivir en el ahora...
Continuaron ascendiendo... cansados...y otro de sus discípulos intrigado y curioso,interrumpe el silencio para preguntarle a su maestro...
- Maestro, Maestro... ¿y si echamos... la mirada al horizonte?
a esto el maestro contesta jadeando por el cansancio...
- Si echamos la mirada al horizonte... perdemos la visión del camino...es muy posible que tropieces y caigas...
Continuaban ascendiendo fatigados por esa empedrada montaña, cuando el ultimo de sus discípulos, interrumpe el silencio...
- Maestro, Maestro, y si echamos... un cigarrillo al agua ¿que pasa?
-¡¡¡ESO ESO!!! ¡¡¡ CREÍ QUE NINGUNO LO IBA A DECIR, PAREMOS A ECHAR UN CIGARRILLO!!!
Un fuerte abrazo y gracias por compartir la profundidad de lo que sientes...
Gracias a ti compañero.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estoy con Joaquin... un cigarrillo a ver que va pasando... fumar el aire... contemplar... El asunto está por descubrir... y sabrás que lo has descubierto por la sensación de sorpresa y alegría. Pero eso ha de ocurrir... fumando aire, soboreándolo, negro en la ciudad y rubio en el campo, con sus peculiares aromas, como los tés.
ResponderEliminarVicente J.
Psicoterapéuta. QUALIA.