La soledad.
Cuando uno está solo,
está solo...
solo.
Y con su soledad,
siente la necesidad de hablar,
siente la necesidad de hablar,
pero nadie habla.
Siente la necesidad de besar,
pero nadie besa.
Siente la necesidad de abrazar,
pero nadie abraza.
Entonces decides abrazarte a ti mismo,
decides apretar tus brazos contra tu cuerpo,
decides apretar tus brazos contra tu cuerpo,
besarte,
hablas.
Pero sigues solo.
Nadie habla.
Nadie besa.
Nadie abraza.
Resulta difícil saber que hacer con todo esto.
Uno ha aprendido a ofrecerlo,
entregarlo, regalarlo...
Pero no hay nadie,
estás solo.
De repente descubres que es el momento.
Ha llegado el momento.
Momento de sentirse uno y no mitad.
Momento de ser capaz de entregártelo a ti mismo
Momento de sentirse uno y no mitad.
Momento de ser capaz de entregártelo a ti mismo
y de dejar atrás la soledad.
Por que no estoy solo.
Estoy conmigo.
Estoy conmigo.
No estás solo, amigo... ¡cuenta conmigo!
ResponderEliminar