lunes, 28 de enero de 2013

Querer y convenir.

Decidir entre lo que quieres y lo que te conviene, cuando lo que quieres y lo que te conviene es lo mismo, y además imposible; tal vez signifique que lo que quieres no es lo que más te conviene, por lo que se decide por sí mismo.


2 comentarios:

  1. Entiendo que la decisión tomada no puede ser otra que la transformación de lo que uno quiere y le conviene.
    Ya que de no ser así, que sentido tiene aceptar algo que no es ni lo que quieres ni lo que te conviene. Qué sentido tiene no luchar por lo que quieres, y aceptar la imposición del imposible, ¿Quién…? ¿qué determina lo imposible? ¿Qué es lo que te conviene?.
    No. Tenemos que luchar por lo que queremos.
    Mientras dure el “querer” y el “convenir” existe el buscarlo. Siempre que queremos, convenimos.
    Las ganas de lo posible superan lo imposible.

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    1. Claro, decidir y proceder no tienen por qué ir de la mano.

      Evidentemente al entrar en la cuestión entre querer y convenir, estamos entrando en uno de los debates primigenios de la experiencia humana. Razón vs Sentimiento.

      A veces las decisiones (la razón) nos pueden ayudar a protegernos ante situaciones difícles de llevar a nivel emocional. Lo cual no implica que de repente nos volvamos sordos y ciegos, simplemente puede resultar balsámico de manera transitoria. Forma parte de la realidad humana y puede ser funcional. Nos puede permitir un breve descanso y coger fuerzas para regresar a lo que realmente acontece. Que lo es a nivel emocional.

      La problemática se presenta cuando se deja de ser consciente de lo que se siente para vivir en los razonamientos y el autoengaño. Entonces nos alejamos de la realidad y nos impedimos vivir plenamente.

      Es la consciencia la que nos permite y nos enseña qué es bueno y qué no para nosotros. Y dejarse llevar de manera consciente y consecuente por ciertos razonamientos médico temporales forma parte de esa consciencia.

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