La historia de Gabriel y Rodrígo resulta de una cuestión ineludible, la cual no es otra que la imposibilidad del hombre de dar a luz a sus hijos; y por lo tanto, no poder vivir la paternidad desde una situación igualitaria respecto a la mujer.
Partiendo desde este punto de vista. Se pretende dar una visión sensible y conciliadora de un padre que anhela poder establecer con su hijo una relación desde esa perspectiva de unión. Y que no intentando suplir, sino complementar; establece una relación sensible, cercana e inteligente con su hijo.
Silvia, madre de Rodrígo, es igualmente una mujer intuitiva e inteligente. La cual, lejos de quedar relegada a un segundo plano, valora y disfruta de las inquietudes de Gabriel y Rodrigo.
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