domingo, 18 de noviembre de 2012

Nanas.

Gabriel suele acunar a Rodrigo en el vientre de Silvia. Le acaricia suavemente las manos, los pies y la cara. Le canta canciones sin melodía ni letra. Le lee cuentos de silencio y grama, que mecida por el viento parece un mar de olas verdes amarilleadas. Le habla de hombres y animales que pasean y charlan juntos por la raña. De aves que enseñaron a los peces a volar. Y de gaviotas, que desnudas, danzan y bailan a la luz de la luna entusiasmada.

1 comentario:

  1. Arturo, este sentimiento que hoy nos regalas es impresionante. Gracias por unir estos sentimienos paternidad-maternidad en uno, aunque no tenga una palabra que lo defina como algo único. El padre también es madre y tiene esa posibilidad de disfrutar desde que su hijo se engendra, aunque sea la mujer la afortunada del plus que conlleva sentirlo en nuestro vientre. Gracias

    ResponderEliminar