Todas las mañanas, Rodrigo se levanta impaciente a observar su maceta. Su padre, Gabriel, le explica:
- Rodrigo, ahí dentro, entre la humedad de esa tierrecilla está la que será una bella flor. Ahora está durmiendo, pero pronto se desperezará y comenzará una armoniosa danza hacia la libertad del sol y del viento. Mientras, sólo debes procurar que no le falte agua y hablar con ella.
Cuéntale tus sueños, regálale la luz de tu sonrisa y cántale con ilusión cada mañana. Sé paciente y aprende a recibir con admiración sus colores y sus formas. No juzgues su belleza, está en sí misma, en todo lo que significa. Vive consciente de que te entrega todo y dale las gracias, porque algún día se marchitará.
Entonces, querido hijo, habrás conocido el verdadero significado de amar.
A J.C.J.
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